Nacido en 1861, Miguel Claro Vásquez siguió la carrera de médico-cirujano, sintió posteriormente el llamado del camino sacerdotal.
De gran inteligencia, fue auxiliar de los arzobispos González Eyzaguirre y Errázuriz Valdivieso, canónigo de la Catedral de Santiago y obispo titular.
Promotor de las encíclicas sociales, el obispo Claro tenía una gran quinta en Providencia, donde había edificado una elegante mansión y dos pequeñas casas. En 1913 arrendó esta propiedad al recién creado Liceo José V. Lastarria, que comenzó a funcionar en las mismas edificaciones.
Fallecido en 1921, se recuerda su nombre en la calle que se abrió en su propiedad.