En medio de la polémica por libros tirados a la basura y la cancelación del apoyo de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, uno de los hitos de la nueva administración de Evelyn Matthei (UDI) en la Municipalidad de Providencia es la contratación del controvertido escritor Carlos Iturra (Santiago, 1956).
Iturra es uno de los pocos escritores que asume sin culpa su paso por el taller literario de la agente de la DINA Mariana Callejas, a fines de los 70, en la casa de Lo Curro, y señaló en 2005 a este medio que le “habría gustado tener el honor de escribirle un discurso a Pinochet”. Callejas, condenada por el caso Prats, falleció el año pasado; Iturra incluso la visitó en la cárcel y dijo que era “una gran persona”. También estuvo en talleres del fallecido José Donoso y de Enrique Lafourcade, hoy retirado por Alzheimer.
Él mismo se ha definido como “un liberal que es partidario de legalizar el aborto, legalizar la eutanasia, de legalizar las drogas, del matrimonio homosexual”, mientras en Twitter, donde cuenta con 8.000 seguidores, se declara adicionalmente “antimarxista, animalista, pro agenda ética”. Durante la dictadura trabajó en el desaparecido diario La Nación y estudió, sin graduarse, Derecho en la U. de Chile y en Filosofía en la UC. También ha colaborado con el diario El Mercurio.
Regreso a Providencia
En estricto rigor, Iturra vuelve al municipio, donde realizó talleres literarios y fungió como asesor de redacción entre 1998 y 2014.
En esa época el municipio estaba bajo el mando del entonces alcalde Cristián Labbé, ex coronel de Ejército y ex agente de la DINA, quien gobernó la comuna entre 1996 y 2012. Labbé hoy está detenido procesado y detenido por torturas a cuatro personas en Temuco.
En esta ocasión, según el sitio web del municipio, la labor de Iturra es “aplicar el plan de acción anual de la Biblioteca Municipal, diseñado por el Departamento Sistema de Bibliotecas para la ejecución de la programación de actividades temáticas transversales, realizando el análisis y evaluación especializados sobre la efectividad de sus contenidos, desarrollar en estas áreas, estudios con otras entidades para la implementación de nuevas actividades literarias dirigidas a los usuarios y vecinos, correspondiente al Programa Apoyo Participativo Labores Biblioteca”.
Por tal labor a honorarios, a desarrollarse durante todo el año 2017, su sueldo es de $1.111.111 de pesos mensuales. En comunicación con este medio, Iturra se limitó a señalar que se desempeña como “asesor cultural”, y no quiso profundizar en otros aspectos.
Su jefe directo es Juan Jorge Lazo, un militante de la UDI experto en privatizaciones, que como jefe del Sistema de Bibliotecas Públicas por el momento ha tomado medidas como el cierre de dos sedes del “Café al Aire libro” y la eliminación de los servicios de vigilancia de las mismas.
Sus escasas apariciones públicas contrastan con su papel enn las redes sociales, en donde Iturra despliega una intensa actividad.
Sobre el ex dictador Augusto Pinochet ha dicho cosas como “la principal diferencia entre Pinochet y Castro, es que Castro impuso una dictadura comunista, y Pinochet la impidió”, “A décadas del Golpe Militar, Pinochet sigue marcando Tendencia…” y “el ‘zurderío’, su rencor, su resentimiento obstinado, ha hecho más x la memoria de Pinochet y x revivirlo q toda la derecha”.
Por lo mismo es calificado como “un incontinente de redes sociales”, por el concejal por Providencia, Jaime Parada. “Uno de esos pinochetistas que no se atreven a serlo abiertamente, por pudor”.
Méritos literarios
Para la escritora Claudia Apablaza precisamente es esa condición de admirador de Pinochet la que lo convierte es deleznable, más allá de admitir que no puede hacer un juicio literario de su obra porque “solo he leído algunos de sus cuentos y no me llaman para nada la atención”.
“Sólo puedo hacer un juicio político y me parece que es una persona que no me agrada nada en sus declaraciones y puntos de vista, es muy detestable y no me gustaría toparme ni conocerlo nunca. en este mismo medio aceptó haber participado de los talleres de Mariana Callejas y además que le hubiese gustado escribirle un discurso a Pinochet, eso es bastante grave por decir lo menos, con toda la historia que ha vivido nuestro país, no sé cómo no le da vergüenza prestar esas declaraciones. hay una falta de humanidad en ello, una falta de empatía y una perversión muy grande de su parte”, sostiene.
Entre sus méritos literarios, Iturra ganó el Concurso de Cuento de la Revista Paula (1983), con el relato El Apocalipsis según Santiago. Con el libro de cuentos Pretérito presente obtuvo en 2005 el Premio Municipal de Literatura de Santiago y el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, galardones que repitió en 2009 con Crimen y perdón, del mismo género.
En un mundo como el artístico, donde la mayoría suele ser de izquierda, Iturra es un outsider. Varios escritores fueron consultados para opinar sobre su obra, sin éxito. Por desconocimiento de su obra o rechazo a sus posturas políticas, pocos se animaron.
Uno de los pocos que sí lo hizo fue Roberto Rivera, el presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH).
Dijo que era “un escritor con gran oficio que cuenta con José Donoso entre sus formadores. Sus temas y motivos literarios los trata con una frialdad de disección distante, aumentada por un minimalismo tozudo. Fiel a sí mismo persiste en el papel que quiso jugar en tiempos marciales y así permanece, unido en imagen y semejanza como retrato detenido en el tiempo”.
Para el editor argentino Emiliano Fekete, residente en Chile hace varios años, se trata de un autor “destacable, por la temática y la calidad de algunas de sus obras. También es un autor prolífico en el género del cuento; pero hoy suena poco en el medio o entre los lectores. Su carrera literaria, sin embargo, es disímil, con obras que son muy recomendables y otras que no lo son tanto”.
Fekete destaca algunos cuentos del libro El discípulo amado y otros paisajes masculinos (Catalonia, 2012), que contiene 21 relatos de temática gay.
“Algunos de esos cuentos son verdaderas joyitas, otros, abusan un poco del efectismo, pero no desentonan con el paisaje” comenta el trasandino. “En esa temática específica, Iturra es un autor que se atreve, que no teme la propuesta desde el erotismo y también desde el amor, y creo que eso es para aplaudir, más aún cuando se enfrenta desde el cuento, una instancia con poco espacio y tiempo para divagues, esos ripios de los que hablaba Cortázar y que en las novelas, sobre todo las kilométricas, hartan”.
Fuente: El Mostrador