Nació el 9 de enero de 1823 en Santiago, siendo sus padres Rafael Bilbao Beyner y Mercedes Barquín. Hizo sus primeros estudios en Perú, ya que su progenitor fue desterrado por ser opositor a Diego Portales. En 1839 se autorizó el regreso de su familia a Chile y, al poco tiempo, Bilbao comenzó sus estudios en el Instituto Nacional. En 1844 se inició en la vida pública con la publicación de su ensayo Sociabilidad chilena, en donde llamó a una transformación democrática y atacó ferozmente al clero. Tras un polémico juicio por blasfemia, viajó a Europa y se instaló en París. Allí, se inició en las ideas liberales de Lamennais, Quinet y Michelet, a la vez que presenció la oleada revolucionaria que se extendió por Europa en 1848.
Regresó a Santiago en 1839 y estudió en el Instituto Nacional, haciendo cursos de Leyes -como Derecho Público Constitucional y de Gentes-, Latín y Filosofía, pero no obtuvo el título. Sus maestros fueron Andrés Bello y José Victorino Lastarria. Su aparición pública definitiva fue en 1844, cuando publicó su controversial obra La Sociabilidad Chilena. Se radicó en París en 1845. Volvió a Chile en 1850, año en que también fundó La Sociedad de la Igualdad. En 1851 encabezó una insurrección contra el gobierno de Manuel Montt, tras la cual debió viajar a Perú. Nunca volvió a Chile.
En Lima se integró a la vida política peruana y por criticar al clero local fue perseguido, debiendo abandonar ese país en mayo de 1855. Se dirigió nuevamente a Europa, radicándose en París y en Bélgica.
En 1857 regresó a América, específicamente a Argentina, donde murió en 1865.
Primeras influencias intelectuales
Las primeros textos filosófico-políticos que influirían decisivamente en Bilbao fueron los de autores franceses como Rousseau, Voltaire y Lamennais -a quien admiró profundamente-; a los 20 años de edad leyó en forma clandestina esos libros. Otras influencias declaradas fueron la Biblia y el poema épico de Alonso de Ercilla La Araucana.
Estas obras lo relacionaron con los grupos liberales organizados en la capital, como la Sociedad Literaria, donde compartió con liberales ilustrados en actos privados y públicos, como el funeral de José Miguel Infante a principios de 1844.
La Sociabilidad Chilena
El anonimato de Francisco Bilbao terminó cuando publicó su más controversial obra en Chile. En el periódico El Crepúsculo, el 10 de junio de 1844, dio a conocer su escrito La Sociabilidad Chilena.
El texto es más conocido hoy por la crítica ácida y descarnada que hace de la Iglesia Católica en Chile, al poder que esta tenía sobre la conciencia de las personas y a su riqueza material. Pero en él Bilbao también denunció la extrema desigualdad social en nuestro país, y abogó por las libertades ciudadanas que no existían.
Juicio y destierro
La Sociabilidad Chilena fue recibido con mucho desagrado por el clero; la aristocracia santiaguina, a través de la prensa, lo acusó de sedición, inmoralidad y blasfemia, en base a una ley de imprenta que censuraba este tipo de escritos.
Bilbao fue sometido a juicio el 20 de junio de 1844 y asumió personalmente su defensa. El fiscal Máximo Mujica lo condenó por blasfemia e inmoralidad, imponiéndole una multa de 1.200 pesos, que fueron cancelados por su partidarios. Estos lo sacaron del tribunal sobre sus hombros, aclamándolo.
El mismo mes fue expulsado del Instituto Nacional, sin poder terminar sus estudios.
Se trasladó a Valparaíso donde se desempeñó como redactor de la Gaceta del Comercio, decidiendo en octubre de ese año salir de Chile. Se radicó en París -centro intelectual de las ideas liberales con vertientes de socialismo utópico- en febrero de 1845, matriculándose en el College de France.
Vida en Europa
En el College de France, Bilbao tomó cursos sobre cristianismo con Edgard Quinet y de Historia con Jules Michelet. Además, siguió Astronomía, Química, Matemáticas, Inglés, Geología y Economía Política. Asimismo, compartió con Hugo Felicité Robert de Lamennais, a quien admiró profundamente.
En Europa vivió importantes experiencias, reafirmando su anhelo de libertad política para los grupos populares. Conoció las realidades de otros países y se dio cuenta de la universalidad del problema de los desposeídos, y de la dominación extranjera en forma de colonialismo en África y Europa.
Recorrió varias regiones europeas, conociendo los movimientos políticos que se gestaban y que se transformaron en una cadena de revoluciones políticas en el año 1848. En París, estuvo presente en la revolución de junio de ese año, y tomó conciencia del enfrentamiento de los grupos populares con la burguesía, a la cual creía más progresista, terminando por presenciar la reacción monárquica.
Funda la Sociedad de la Igualdad
Decepcionado quizás de los acontecimientos europeos, volvió a Chile el 22 de febrero de 1850. A su regreso a Santiago se incorporó a trabajar en la Oficina de Estadísticas y como oficial de la Guardia Nacional.
Se vinculó a grupos del artesanado, y junto a ellos y a liberales radicales -como Santiago Arcos, José Zapiola, José Larracheda, Cecilio Cerda y Eusebio Lillo- fundó La Sociedad de la Igualdad el 14 de abril de 1850. Además creó el periódico El Amigo del Pueblo, contrario al gobierno de Manuel Montt y al clero católico.
Los principios de la Sociedad se basaban en reconocer la soberanía de la razón como autoridad de autoridades, la soberanía del pueblo como base de toda política, y el amor y fraternidad universal como vida moral.
La Sociedad se extendió por las principales ciudades del país, realizando labores de educación popular y discusiones políticas acerca de la Constitución de 1833 y sobre las formas de democratizar la sociedad chilena.
El rechazo de las autoridades
Para 1850, la Sociedad de la Igualdad contaba con casi 3 mil adherentes, que se opusieron a la candidatura presidencial de Manuel Montt. En agosto de ese año, la casa central de la organización fue asaltada por opositores a ella.
El gobierno inició una campaña de hostigamiento contra sus miembros: asaltó sus casas de asambleas, detuvo y desterró a Chiloé a algunos de sus partidarios y, declarando estado de sitio en noviembre de 1850, pudo decretar la prohibición de la existencia de la organización.
Junto a lo anterior, Bilbao fue excomulgado por la Iglesia Católica chilena ese mismo año (1850) por su obra Los Boletines del Espíritu, donde criticó los dogmas católicos.
La insurrección de 1851 y el exilio
Bilbao se ocultó en las cercanías de Santiago, adiestrándose en el uso de las armas y concibiendo ya la idea de una insurrección contra el Gobierno. Esta se materializó el 20 de abril de 1851, cuando los igualitarios, con él a la cabeza, realizaron un motín tomando las principales calles de Santiago. El gobierno los enfrentó y los venció.
Bilbao permaneció oculto durante 3 meses en Valparaíso y en julio viajó a Lima. Nunca más regresó.
Desde allí siguió escribiendo sobre Chile, publicando escritos como La Revolución de Chile y los Mensajes del Proscrito (1853) y Vida de Santa Rosa.
Perseguido en Perú
En Perú se integró a la vida política peruana, criticando al clero local. Fue perseguido y se asiló en la embajada francesa durante 3 meses.
A pesar de que se comprometió a no intervenir más en política, participó en la insurrección de los liberales encabezada por el general Ramón Castilla en 1854. Fue deportado a Guayaquil, pero regresó a Lima y se integró a las fuerzas militares de Castilla, que tomaron la capital a principios del año siguiente.
Rápidamente discrepó con las nuevas autoridades peruanas y estas lo acusaron de atentar contra la Constitución mediante la publicación El Gobierno de la Libertad. Le pidieron abandonar el país y en mayo de 1855 viajó nuevamente a Europa.
La unidad latinoamericana
En Europa, Francisco Bilbao se radicó en París y Bélgica, donde vivía su antiguo profesor, Edgard Quinet. Recorrió además algunas ciudades de Italia. En esta época publicó una serie de ensayos sobre la unidad política de Latinoamérica, en base a la realidad social común de sus países. En 1856 publicó Movimiento Social de los Pueblos de la América Meridional e Iniciativa de la América: Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas.
En el primero reflexionó acerca de la libertad, igualdad y justicia entre los pueblos de Nuestra América, como denominó a Sudamérica. En el segundo, llamó la atención acerca del expansionismo de Estados Unidos sobre México y Centroamérica, aún cuando después admiró al sistema político y económico de los estadounidenses.
Se radica en Buenos Aires
En abril de 1857, el intelectual chileno se radicó en Buenos Aires, donde se reunió con sus padres. Allí continuó su labor política, colaborando en diversos periódicos y polemizando sobre el clero argentino. Al año siguiente organizó un club literario y en 1859 se trasladó a vivir a Panamá.
El presidente de la Confederación Argentina, Justo José Urquiza, le encargó la redacción del periódico El Nacional Argentino, desde donde Bilbao adhirió a la lucha de las provincias del interior contra Buenos Aires por la dirección del gobierno, con posturas tan radicales que el propio Urquiza discrepó con él.
Fue separado de su cargo luego de que la Confederación derrotó militarmente a Buenos Aires y regresó a la capital argentina no contento con los cambios en el nuevo gobierno.
Muere joven
En Buenos Aires lo sorprendieron la anexión de República Dominicana a la Corona española (1861) y la invasión francesa a México (1862). Denunció el despotismo europeo y su política de expansión, lo que se reflejó en su obra La América en Peligro de 1862, donde llamó a defender a México. Estas fueron sus últimas preocupaciones.
Desde 1858 se encontraba enfermo de tuberculosis, enfermedad de la cual se agravó debido a la rotura de un vaso pulmonar luego de salvarle la vida a una mujer que casi se ahoga en el Río de la Plata. Falleció en Buenos Aires el 19 de febrero de 1865, dejando viuda a su esposa Pilar Guido.
Fuente: Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales e Isabel Torres Dujisin. (En biografiadechile.cl )